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Jr. Santa Liberata 175-A
Lima - Perú


(511) 382-4510

Historia del robo sacrílego y fundación de la Iglesia

Como se recuerda, Fernando de Hurtado de Chávez, mozo de veinte años, el día 20 de enero de 1711, entró a la Iglesia El Sagrario (colindante con la hoy Catedral de Lima), y del altar mayor robó un copón con numerosas hostias consagradas.

 

En la mañana del 31 de enero se descubrió la sustracción. El obispo Diego Ladrón de Guevara, virrey del Perú, echó en persecución del criminal a los alguaciles y oficiales. Al ser capturado, Fernando de Hurtado declaró que, asustado por la persecución, había enterrado las sagradas hostias, envueltas en un papel, al pie de un árbol en la Alameda de los Descalzos.

 

Sin embargo, la turbación de Fernando fue tanta, que le fue imposible determinar el punto fijo del árbol, cuando Tomás Moya, un niño esclavo de ocho años de edad, dijo: "Bajo ese naranjo vi el otro día a ese hombre". De esta forma fueron encontradas las hostias. El virrey obispo, en solemne procesión, condujo las hostias a la Catedral de Lima, y el vecindario contribuyó para la inmediata construcción de una capilla en el sitio donde se encontraron las hostias consagradas.

 

De esta manera se fundó la Iglesia con el nombre de Santa Liberta, porque era la Patrona de la ciudad de donde el virrey provenía y se cuenta que el templo se construyó exactamente sobre la tierra (terreno donado por Don Antonio Velarde y Bustamante) en que se encontraron las hostias consagradas, robadas de la Parroquia El Sagrario.

 

La Iglesia Santa Liberata alberga al Señor Crucificado del Rímac, patrón del distrito, de la benemérita Guardia Republicana y de la Compañía de Bomberos Rímac No. 8.

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